El reciente mensaje a la nación de la presidenta Dina Boluarte, emitido el 28 de julio, ha generado diversas reacciones entre los gobernadores y alcaldes del país. A la espera de anuncios significativos que impacten sus jurisdicciones, muchos de ellos expresaron su descontento con la falta de medidas concretas y efectivas en el discurso presidencial.
La evaluación del mensaje fue variada, con calificaciones que reflejan la insatisfacción generalizada. El alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, otorgó una nota de 08, argumentando que el discurso careció de soluciones concretas y no abordó temas críticos como la seguridad ciudadana. López Aliaga criticó la falta de atención a problemas urgentes y la ausencia de un plan claro para enfrentar la delincuencia y la burocracia.
Por su parte, Zósimo Cárdenas, gobernador de Junín, calificó el mensaje con un 10, señalando que no se ofrecieron detalles sobre un plan para cerrar las brechas de infraestructura en las regiones. Cárdenas destacó que, aunque se presentaron cifras y anuncios, estos no parecían tener un impacto significativo en las necesidades locales.
Koki Noriega, gobernador de Áncash, fue más crítico y otorgó una nota de 07, mencionando que el mensaje careció de una visión descentralista. Noriega destacó que, a pesar de que se mencionó un alto porcentaje de acuerdos cumplidos, muchos de estos aún permanecen en papel y no se han ejecutado.
La gobernadora de Moquegua, Gilia Gutiérrez, fue aún más contundente al calificar el mensaje con un 05. Gutiérrez expresó que su región fue ignorada en temas cruciales como agricultura, educación y transporte, y lamentó que se anunciara una unidad oncológica que no existe.
Luis Neyra, gobernador de Piura, tuvo una opinión más positiva, otorgando una nota de 15. Neyra destacó que el anuncio sobre el hospital de alta complejidad y los proyectos agrícolas esperados son pasos positivos, aunque expresó su deseo de que estos se materialicen pronto.
Víctor Hugo Rivera, alcalde de Arequipa, calificó el mensaje con un 08, señalando que un discurso de esta magnitud debería haber incluido un mea culpa. Rivera criticó la falta de anuncios específicos para su región, especialmente en infraestructura vial.
Aliardo Aguirre, alcalde del Marañón, otorgó una nota de 11, enfatizando que el mensaje no abordó los problemas más urgentes como la seguridad, salud y educación. Aguirre lamentó la falta de medidas efectivas en estas áreas críticas.
Jessica Vargas, alcaldesa de Barranco, fue más optimista y calificó el mensaje con un 15, esperando que el Plan Seguro mencionado recoja las propuestas de los gobiernos locales y que se asignen recursos para una lucha más efectiva contra la criminalidad.
Jhovinson Vásquez, alcalde de Ventanilla, también otorgó una nota de 15, destacando la importancia de la colaboración entre los gobiernos locales y regionales en la lucha contra la criminalidad. Vásquez subrayó la necesidad de contar con recursos y equipos adecuados para mejorar la seguridad en su distrito.
Finalmente, Juan Raúl Marticorena, alcalde de Lurín, calificó el mensaje con un 10, señalando que la inversión en infraestructura de salud es un tema ausente en el discurso, lo que afecta directamente a su comunidad.
Las reacciones al mensaje presidencial reflejan una clara insatisfacción entre las autoridades locales, quienes esperaban un enfoque más directo y soluciones concretas a los problemas que enfrentan sus regiones. La falta de atención a temas críticos y la percepción de que las cifras presentadas no se traducen en acciones efectivas han generado un clima de desconfianza y preocupación entre los líderes locales.